POR SANTIAGO GONZÁLEZ VICENTE La revolución liberal burguesa española comenzó en 1808, mezclando una guerra por la independencia con un enfrentamiento civil, el de los liberales —una minoría, pero culta, adinerada y activa— frente a los elementos del Antiguo Régimen —un clero sobredimensionado, una nobleza débil y un pueblo religioso, ignorante y manejable—. La parte económica de la revolución liberal se realizó casi de forma unánime con la abolición de los privilegios, de los señoríos, de los diezmos y mayorazgos, y con la introducción de las libertades económicas y, sobre todo, de la desamortización civil y religiosa. Las medidas económicas liberalizadoras y la construcción del Estado liberal favorecieron que la burguesía sustituyera en la Administración a la nobleza, proceso que aceleró la Reina María Cristina en los últimos años del reinado de Fernando VIL Sin embargo, la revolución política, la consolidación de un régimen que afianzara la libertad, el régimen burgués, fue de