MAMBEROI
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EL AUTOMÓVIL A COMIENZOS DEL S. XX EN ESPAÑA Y LAS CONSECUENCIAS QUE ESTA INFRAESTRUCTURA SUPONE.
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Marca con la que se inicia la venta de automóviles en España.
Consecuencias de esta nueva infraestructura.
ALEJANDRO ESPADA
Tampoco eran todo ventajas:
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Primer automóvil comprado en España por un mallorquín con matricula PM-1.
Ya se matriculan los primeros vehículos en España.
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ALEJANDRO ESPADA
El 11 de octubre de 1900 don José Sureda y Fuentes, maquinista retirado de la Armada, matriculaba en Palma de Mallorca el primer vehículo de España. Se trataba de un triciclo de la marca Clement, con dos caballos y medio de potencia, 100 kilos de peso y el código identificativo PM-1 en su matrícula. Palma de Mallorca vio registrarse también el segundo vehículo, otro triciclo Clement con matrícula PM-2, hasta que un cacereño y un salmantino matriculasen el tercero y el cuarto respectivamente antes de que finalizase aquel primer año del Siglo XX.
El 16 de enero de 1901 Palma de Mallorca aumentaría con un nuevo Clement su liderazgo en las matriculaciones, esta vez con un modelo de cuatro ruedas, un «potente» motor de tres caballos y equipamiento de lujo.
Es curioso comentar que Madrid y Barcelona no verían sus primeros coches matriculados hasta 1907, Bilbao y Valencia hasta 1902 y Sevilla hasta 1905. Esto no quiere decir que en dichas ciudades no hubiera automovilistas, sino que el nuevo «Reglamento para el servicio de coches automóviles por las carreteras», publicado el 18 de septiembre de 1900, fue inicialmente rechazado por los conductores
por su finalidad fiscal.
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El sistema de matriculación en España se desarrolló de forma irregular y bastante anárquica según el territorio. La última provincia que se sumó a las matriculaciones de vehículos fue Huelva, que no lo hizo hasta el año 1912.
Dado el reducido número de automóviles que circulaban debido a su elevadísimo coste que solo se permitían las clases acomodadas, los propietarios eran celosos publicistas de sus marcas, compitiendo entre ellos por las mejores prestaciones. En ocasiones celebraban carreras clandestinas aderezadas con apuestas que terminaban en lujosos restaurantes. Y es que, con un sueldo mensual en torno a las 150 pesetas, no eran muchos los españoles que podían invertir 10.000 pesetas en un automóvil, aunque el gasto les elevara de inmediato al Everest social.
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En aquellos tiempos donde no existían ni las televisiones ni las consolas, las calles rebosaban de niños dispuestos a divertirse en conjunto. Éstos son algunos de los juegos más conocidos: La Rayuela Quizás es un juego más copado por el público femenino, era raro ver a un chico en la rayuela pero tampoco muy descabellado. Mezclaba a partes iguales la actividad física, tu capacidad y puntería. Consistía en trazar en el suelo ocho cuadrados en forma de avión con sus números correspondientes y lanzar algo (una piedra, por ejemplo) de manera que cayera en uno de los recuadros. Después, el jugador tenía que recorrer a la pata coja el tablero sin pisar el cuadro en el que había caído la piedra, que debía recogerla al regresar al punto de partida La Comba Juego común entre el público femenino que los profesores de gimnasio solían incluir en alguna de sus múltiples actividades físicas. Había decenas de canciones para ir pasando dentro de la comba y saltando de diferentes maneras: ag
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